Durante su embarazo, Patricia y Guillermo se enteraron que una de sus gemelas tenía un problema en el corazón y desafortunadamente en su estado, San Luis Potosí, fue difícil encontrar la atención que requerían para reparar el corazón de Paz. Tras una serie de estudios fuera de su estado el diagnóstico estaba confirmado: Tetralogía de Fallot y Paz necesitaría una cirugía de corazón.
Tras su nacimiento, el 21 de octubre de 2020, sus padres descubrieron que el Seguro Médico que tenían no cubría la enfermedad de Paz y se sintieron en el desamparo total. Sabían que su pequeña en algún momento necesitaría una cirugía correctiva, pero que a la vez, ésta era sumamente cara y en la búsqueda de opciones, un amigo de la familia les recomendó el programa de Kardias en febrero de 2021 acudieron a su cita en el Centro Pediátrico del Corazón donde fue valorada y confirmaron el diagnóstico. También se les explicó cómo podrían ser beneficiarios del programa de Kardias.
Tras unos días de espera, les confirmaron que Paz fue admitida en el programa y como el nombre de su pequeña, la paz regresó a su familia de saber que sería operada “en un gran lugar por un gran equipo”.
Antes de su cirugía, la familia vivía aislada. Temían por la salud de su hija en plena pandemia. Sabían que no podían convivir con mucha gente y se mantuvieron en una especie de burbuja. Paz es de tez blanca, un poco pálida. Nunca llegó a ponerse morada pero sí conforme crecía, su oxigenación bajaba y al comer se agotaba muchísimo y sudaba demasiado.
EL MEJOR REGALO
Y luego de la espera, el cirujano Héctor Diliz les dio la noticia: “Paz, estás a punto de recibir el mejor regalo que puedas tener en tu vida”. Su pequeña fue programada para ser operada el mismo día que cumpliría un año.
Paz estuvo ocho días internada después de su cirugía. Incluso su mamá no creía posible que iba a ser dada de alta tan rápido. Pero así como su recuperación fue instantánea el crecimiento y desarrollo de Paz también lo fue. A la semana de estar en su casa, Paz aprendió a caminar. Al comer ya no sudaba ni se cansaba, es más, incluso llegó a comer tres veces más de lo que hacía.
Hoy, Paz, sus hermanas y sus papás están eternamente agradecidos con el programa de Kardias. Ahora gozan de salud y de mucho movimiento, juegos y diversión en sus vidas. “Es una bala”, nos dice Patricia.
“Como familia nos unimos muchísimo. Te vuelves mucho más sensible, pero saber que Paz llegó a una comunidad donde hay gente buena, que te apoya y te saca adelante, te devuelve la esperanza en la gente, en la humanidad, en tu país. Saber que en este país existe este programa, estos doctores, te cambia todo”, concluye Patricia, quien antes de despedirse, nos reitera su agradecimiento y nos afirma que ella se encargará de que Paz lleve a Kardias en su corazón el resto de su vida. “No hay manera de agradecerles”.